A Sofía le pareció muy curioso ese par.
Comió algo rápido y se dirigió a Inmobiliaria Panorama.
Durante el trayecto, volvió a pensar en el problema con los proveedores. La situación empeoraba por momentos y ya no podía seguir aplazándolo. Ella podía esperar, pero el proyecto de Altamira Desarrollos ya no. No era solo su proyecto, sino el fruto del esfuerzo de todo el equipo.
Estacionó el carro en el subterráneo y caminó hacia el elevador.
«Lo primero es tranquilizar a los proveedores», pensó. «Eso es lo fundamental ahora».
Sin embargo, al llegar a su oficina, se encontró con que ya no entendía nada de lo que estaba pasando. Justo cuando planeaba contactar a los proveedores para reunirse, invitarlos a comer y hablar con calma, descubrió que la habían bloqueado. No solo eso, sino que sus llamadas tampoco entraban.
Sofía se quedó paralizada, tardó un momento en procesarlo. Miró la hilera de mensajes de haber sido bloqueada. «¿Piensan llegar a estos extremos?», se preguntó confundida. Esta