El principal motivo de su visita era reunirse con el responsable de Altamira Desarrollos para concretar los detalles de un proyecto.
El gerente del proyecto de Inmobiliaria Panorama, Gabriel Campos, era uno de los más fervientes admiradores de Sofía.
Cuando la vio, la emoción le impidió articular palabra. Quería extender la mano para saludarla, pero no se atrevía, debatiéndose internamente por un buen rato.
Al final, fue ella quien tomó la iniciativa y le estrechó la mano.
—Eres Gabriel, ¿cierto? Ya había oído hablar de ti. Estás a cargo de este proyecto y he visto que eres muy dedicado y minucioso. Sigue así.
Gabriel se tapó la boca, incrédulo.
—¡Es un honor! No puedo creer que la estoy conociendo en persona.
El comentario hizo que Sofía no supiera si reír o sentirse extrañada.
Gabriel se dio cuenta de su torpeza e intentó corregir lo que dijo.
—Lo que quise decir es que, para nosotros, eres prácticamente una leyenda. Además, si estoy a cargo de este proyecto es porque tú lo conseguis