DEVON
—Tienes una visita —por un momento la mirada de Priya me distrajo, era lejana como si hablara con cualquier ptro paciente y no con aquel al que había estado tratatndo de animar durante todos estos días, por un instante mi mente se concentró tanto en sus ojos que me descubrí a mí mismo pensando en su anuncio como algo trivial, cuando dejé de ver sus ojos y apunté mi mirada ala puerta abriendose, fue como si un dolor punzante me despertara del letargo, como si hubieran abierto un agujero en el pecho para dejar pasar un rayo.
No especificó quién. No hizo falta. Mi cabeza empezó a jugar con las probabilidades. Sí, podía ser Dayana, mi hermana; y si lo era, me alegraría, porque la quiero con esa mezcla de orgullo y gratitud que uno reserva para la única persona que comparte tu historia desde el principio. Pero había otra opción… y esa opción me desordenó la respiración.
Podía ser Sarah.
El simple pensamiento me electrificó. No era una ilusión ingenua: sabía que si aparecía, vendrí