AMBER PIERCE
Su boca se apoderó de la mía, con esa confesión inconclusa y ese deseo que parecía poseernos cuando estábamos tan juntos. La atracción era innegable, pero… ¿qué había del amor? ¿Se podía decir lo mismo? ¿Por lo menos existía entre nosotros?
Todas esas preguntas fueron silenciadas por sus labios y yo me dejé callar, envolviendo mis brazos en su cuello, pegando mi cuerpo al suyo, disfrutando de su sabor y de sus manos que se escabullían por debajo de mi vestido.
No nos dimos cuenta del momento en el que el auto se detuvo en el estacionamiento del autódromo, mucho menos cuando la puerta se abrió dejándonos en evidencia frente a Anthony y Karen que vieron nuestro apasionado beso.
—No es mi intención interrumpir, pero… las carreras están a punto de empezar y no creo que quieras perderte la primera, Byron —dijo Anthony y, una vez que pude contener la vergüenza de mi rostro, noté que parecía molesto.
Dejé los papeles dentro del auto y salí junto a Byron. Justo cuando iba a av