El poder de Eric no era un mito; era una realidad palpable que se manifestaba en la eficiencia de sus hombres. Apenas unos días después de su petición, Mike y Jack tenían una respuesta sobre la prueba de ADN. Eric estaba en su oficina, absorto en los últimos detalles de una compleja adquisición, cuando su teléfono vibró con una llamada inesperada de Mike.

—Hola, Mike, ¿qué me cuentas?

—Señor, le tengo noticias —lw aseguró con su tono ligeramente exultante—. Los resultados de la prueba de ADN han sido enviados a su correo.

Eric se quedó boquiabierto, sorprendido por la rapidez.

—¿Ha sido todo tan rápido y tan fácil? —inquirió, la incredulidad tiñendo sus palabras.

Mike soltó una risa nerviosa.

—En realidad, no ha sido nada fácil, señor. Conseguir una muestra de aquel niño… bueno, digamos que requirió de cierta… ingeniosidad. Pero se logró.

Un nudo se formó en el estómago de Eric.

—¿Entonces eso significa que ya los resultados están en mi correo, no es así?

—Así es, señor. Ya los r