—Es que estoy viendo que son mellizos. Está embarazada de dos —terminó explicándole allí todo el asunto, con una sonrisa aún más grande.
Bianca estaba completamente sorprendida, con lágrimas en los ojos, su estado de ánimo era un poco de asombro, un poco de nerviosismo y un miedo abrumador por toda esa situación inesperada que no se esperaba.
Le estaba temblando todo el cuerpo y sentía que realmente era demasiado para ella, que no podía superar lo que estaba pasando, que estaba demasiado aterrada por toda esa situación que no se imaginaba. ¿Dos? ¿Cómo manejaría dos bebés cuando apenas podía con uno? La noticia la golpeó como una ola, dejándola sin aliento.
—Doctora, ¿está segura de lo que está diciendo? —balbuceó, la incredulidad en su voz—. ¿En realidad estoy embarazada de mellizos? ¿No puede haber una equivocación o algo parecido?
—No, no, en realidad está embarazada de mellizos. ¡Felicidades! —terminó diciendo la doctora, y Bianca no pudo evitar comenzar a llorar, un llanto de aso