No sé suponía que su reencuentro sería así, él la había buscado antes, para pedirle una explicación, para arreglar las cosas entre ellos, pero ahora que ella estaba aquí, frente a frente, Liam no podía evitar el resentimiento por lo que sucedió en la fiesta de compromiso.
— No quiero destruirte… No está vez. — Ania avanzó con pasos lentos. — Vengo para pedirte algo que no puedes negarme…
Explicó Ania intentando mantenerse impasible, aunque el nudo en la garganta la quemaba y el desespero la asfixiaba internamente.
— ¿Vienes para pedirme algo? — Liam levantó una ceja, escéptico. — ¿Después de lo que hiciste?
Hubo un momento de silencio, él la miró y en los ojos de ella, por primera vez, vio algo parecido al miedo.
Ania sacó un sobre de su bolso y avanzó el espacio que quedaba entre ellos, su elegancia ya no era la misma, sus manos temblaban, ella le entregó el sobre, Liam sacó el papel que había dentro, era un informe clínico.
— Este niño… — Explicó Ania, con la voz entrecortada