¿Un error o un acierto? (1era. Parte)
Tres días después
Palermo, Sicilia
Carlo
Conocer la debilidad de tu enemigo no es suficiente para doblegarlo. No basta con señalar su punto vulnerable y esperar que caiga. La verdadera victoria radica en saber cómo y cuándo usar esa información, porque un ataque precipitado puede volverse en tu contra. Un solo error, un mal paso, y el tablero puede cambiar de dirección antes de que siquiera te des cuenta.
Por eso, la paciencia es un arma tanto como la estrategia. No se trata de ser impulsivo ni de dejarse llevar por la emoción del momento. Se trata de acechar, de observar con la precisión de un depredador que mide cada movimiento antes de lanzarse. Como el león en la sabana, inmóvil entre la hierba alta, atento a cada detalle. Analiza el entorno, entiende el ritmo de la presa, deja que baje la guardia, que se confíe en su propia seguridad.
Y cuando llegue el momento… una embestida letal. Un solo golpe, certero, definitivo. Sin darle oportunidad de reaccionar. Porque en este juego no g