¿Un error o un acierto? (2da. Parte)
El mismo día
Palermo, Sicilia
Adler
Lo peor que existe en el mundo no es un rival peligroso, sino una mujer fría y analítica. Con un enemigo, sabes qué esperar. Conoces el terreno, las reglas del juego. No hay sorpresas ni trampas ocultas, solo un enfrentamiento directo donde el más fuerte gana. Pero con ella… con ella todo es distinto.
No hay forma de descifrar lo que cruza por su mente. Puedes buscar respuestas en su mirada, en el tono de su voz, en el más mínimo gesto… y, aun así, no encontrarás nada. Solo un vacío calculado, una superficie impenetrable que te obliga a cuestionarlo todo. No sabes si vas ganando terreno o si, en realidad, te está dejando jugar hasta que decida aplastarte.
Es como avanzar sobre una capa de hielo tan delgada que cruje bajo tus pies, sin saber si dará para un paso más o si se romperá y te arrastrará al abismo. Deberíamos retroceder, evitar el riesgo, pero tenemos una adicción enfermiza por seducir al peligro. Y ella lo sabe. Lo usa a su favor.
Nos arra