Levi:
Dos días después:
Llevábamos dos días haciendo actividades sin descanso alguno, cuando estaba solo, me tocaba hacer todo por mi cuenta, pero ahora que estoy casado con Anna, me ha tocado trabajar el doble junto a ella.
Tengo que admitirlo, ella lo ha hecho muy bien.
Se ha comportado como una dama ante todos, es educada, atenta, además de amable, incluso me han felicitado por la esposa maravillosa que tengo, yo no decía nada, solo asentía.
Tener que fingir ante los demás que amo a Anna, ha sido un completo dolor de cabeza, por mas que no quiero hacerlo, la situación lo amerita, porque tengo que tocarla, tomarla de la mano, ir de un lado a otro entre otras cosas.
No quiero tocarla, la verdad es que no quiero hacerlo, porque cuando la toco, algo en mi comienza a surgir y la verdad no me agrada esa sensación.
Por más que luche con esto, no puedo dejar de tocarla. Eso me enfurece demasiado.
Me he sentido molesto, porque últimamente no sale de mis pensamientos, ni siquiera he podido encontrar una amante, porque cuando estoy por acostarme con otra mujer, ella viene a mis pensamientos, aquella noche en la que metí a aquella mujer al palacio, no pude tocarla, no pude hacer nada, por mas que lo intente, no pude coger con ella, porque veía a Anna, luego la corri de la rabia que me generó, porque al ver a Anna en esa bata de seda, causó estragos en mi.
Estoy demasiado confundido, molesto conmigo mismo porque por mucho tiempo luche contra este sentimiento, ahora, no quiero tocar a otra mujer que no sea Anna.
Pero creo que ahora eso no se podrá.
Ya no cruzamos una palabra en el palacio, llegamos de las actividades y ella lo que hace es encerrarse, comemos juntos eso si, pero tampoco cruzamos palabra, solo comemos y ya. Debo confesar que si, que me he comportado como un bastardo con ella en todo este tiempo, que ahora, no se como mierdas remediarlo.
No se que pasa conmigo, pero si quiero remediarlo, algo dentro de mi, quiere arreglarlo, pero el otro lado, no quiere hacerlo, porque sigue aquel odio hacia ella por haberme casado, joder.
Ni siquiera puedo con ello.
No puedo con este sentimiento.
Estoy confundido.
—¿Dónde está Anna? —pregunte—, no ha bajado y debemos irnos.
—No lo se, no la veo desde anoche...
No deje hablar a Frederick y subí hacia su habitación, al estar en su puerta, toqué un par de veces pero ella no abria, asi que lo hice yo, cuando entré a la habitación, encontré todo a oscuras, camine hacia la cama y encendí la lámpara al lado de la misma, Anna seguía acostada.
—Anna, despierta.
La removí un poco pero ella no se despertaba, cuando toque su mejilla, sentí como estaba ardiendo en fiebre, de inmediato quite la sabana que cubría su cuerpo, la tome en mis brazos para alzarla y así caminar hacia la salida.
Frederick venia hacia mi.
—¿Qué pasó?
—Anna está ardiendo en fiebre, alista el auto y la seguridad ahora... Hay que llevarla al hospital.
El salió casi que corriendo, yo iba bajando con ella, al salir del palacio, me subí con ella, la deje en mi regazo mientras trataba de abrirle un poco la bata, al parecer le costaba respirar.
—Anna, vamos respira —froté su pecho con mi mano—, demonios Frederick, enciende el maldito auto.
Frederick encendió el auto mientras le decía a los de seguridad que estuvieran al pendiente ya que íbamos al hospital.
Anna abría y cerraba sus ojos, yo no sabía que demonios hacer, era la primera vez que la veía así de enferma, ella estaba sudorosa y jadeaba, como si estuviese buscando aire.
Creo que es un ataque de asma, no lo se.
Frederick estaciono el auto en la entrada del hospital más cercano, el desplego la seguridad para que yo pudiera bajar con Anna en mis brazos, de inmediato un par de enfermeras salieron con una camilla, yo mismo la acosté en ella y luego se la llevaron.
Por supuesto que no me dejaron pasar, así que no tuve mas remedio que quedarme en la sala de espera. Podía escuchar los murmullos de las personas al verme con Anna aquí.
¿Que habrá pasado con ella?
(...)
Horas después:
Habían pasado tres horas desde que se llevaron a Anna, yo mismo pedí que la dejaran en una habitación más cómoda y por supuesto con mucha seguridad.
El doctor me dijo que iban a hacerle todos los estudios, pero aun no sabia que demonios había pasado con ella.
—Su majestad —el doctor apareció—, venga conmigo por favor.
Lo seguir hacia el pasillo, luego entramos a la habitación en donde estaba Anna, ella estaba un poco pálida y tenía oxígeno puesto junto a algunas vías de suero.
—¿Qué le pasó a mi esposa? —le pregunté.
—Su esposa sufre de una grave desnutrición.
—¿Qué? —fruncí el ceño— No puede ser.
—Si lo es su majestad, estuvimos haciéndole estudios a su esposa y pudimos ver que está desnutrida, ella presenta todos los síntomas... —miró un papel—, su hemoglobina esta muy baja, al igual que su peso... Ella no se ha estado alimentando adecuadamente.
Eso es imposible, ella siempre se sienta conmigo en el comedor, las tres veces al dia. No lo comprendo.
—¿La ha visto comer?
—No lo sé —murmuré un poco perdido, trataba de recordar pero no funcionaba.
—¿Sabe si tiene antecedentes de anorexia?
—No, no lo creo...
No sabia que responderle, puesto que no conocía a fondo a Anna, así que no había manera de que supiera si ella padecía de algo o no.
Jamás le presté atención.
—Por lo pronto la tendremos con suero, luego trataremos de darle alimentos, su peso es bastante bajo —le asentí—, vendremos en un momento.
El se retiró junto a la enfermera, yo le pedi a Frederick que se encargara de todo esto, la prensa no tardará en aparecerse para buscar chismes sobre Anna.
Tome la silla y la arrastre hacia su camilla, me senté en ella y me quedé mirando como idiota, ella poco a poco estaba abriendo sus ojos. Frunció un poco el ceño e intento sacarse el oxigeno asi que la detuve.
—Hey, espera —me miró—, no hagas eso.
—¿Que pasó? ¿Que hago aquí? —preguntó en un susurro.
—Te traje al hospital, estabas ardiendo en fiebre y jadeabas... Ya te han atendido.
—Estoy bien, quiero irme.. No me gustan los hospitales.
—Pues te quedaras, aún no estás del todo recuperada... El doctor me dijo que tienes desnutrición, Anna, ¿no estás comiendo?
Ella desvió la mirada.
—Anna respondeme, no me hagas sacarte las palabras —me miró— ¿Por que demonios no estás comiendo?
—¿Acaso eso importa?
—Anna..
—No importa, a ti no te importa lo que pase conmigo así que no quiero tu solidaridad.
—Anna basta, estoy tratando de ser comprensivo.
—¿Comprensivo? Jah, permiteme diferir de ello, esposo.
—Anna, deja de comportarte como una chiquilla ¿quieres? Pudo haberte pasado algo peor.
—Eso era lo que quería —dijo con sorna—, quería morirme de una vez... A ver si lograbas dejar de odiarme aunque sea un poco.
—Estas siendo inmadura.
—¿Me llamas inmadura? ¿Tu, a mi? —negó— Cuando eres tú, quien ha pasado todos estos días atacándome sin razón alguna, me has humillado, me has dicho que te doy asco, todo esto por haberme casado contigo, que te recuerdo, su majestad, me obligaste a hacerlo..
Aquello me había dejado sin palabras, hasta ahora es que estaba comenzando a caer en cuenta que me he comportado como un idiota con ella.
—Mejor cálmate —le dije—, hablemos como adultos.
—No me interesa hablar contigo —espetó molesta—, te agradezco por traerme, pero en este momento no me interesa hablarte, de hecho —siguio mirandome—, no quiero hablar más contigo.
Me molesta su actitud, no quiero pelear pero veo que ella no está interesada en decirme nada.
—Anna —dije mas calmado—, solamente dime el porqué demonios no estás comiendo, ¿entiendes la gravedad del asunto?
—¿Te preocupa mi salud? o más bien, ¿Que hablen de ti?
—¡Ya basta! —exclamé con molestia— Estoy tratando de hablar como una persona civilizada pero tu no colaboras, maldita sea.
—Porque tu te has encargado de dejarme en claro que no te importo ni siquiera un poco... —dijo con rabia— te importa solo tu reputación, eso me queda claro.. Y si quieres saber que pasa, el porqué no como, es porque todos en el palacio me odian, me da miedo comer, ¿sabes por qué? Porque me da miedo que escupan en mi comida, que le echen algo a la misma, entonces prefiero mil veces morirme de hambre a que me maten.
Eso me dejó perplejo.
No sabia eso, estaba tan perdido en mis cosas que ni siquiera note si ella comía o no.
—A juzgar por tu rostro esposo mío, me doy cuenta que no tenías la más mínima idea, ¿verdad? Así que te lo diré, para que el peso de tu conciencia si es que la tienes, llegue a pesar mucho en ti —hizo una corta pausa—, todos en el palacio, murmuran cosas sobre mi, que me meti en tu cama a propósito, que quise estar en el lugar de Cassandra, cuando no es así —sus lágrimas salían—, llevo días Levi, días luchando con todo esto yo sola, nadie dice nada de ti, todo se trata sobre mi, de lo golfa que soy, de que las personas me tachen de interesada cuando jamás ha sido así, lo único que esperaba era un poco de empatía de tu parte, pero te has encargado de humillarme, de tratarme mal, porque... —ella no pudo terminar debido a su llanto.
Ella tomó una larga respiración, yo solo estaba parado en medio de la habitación mientras la veía luchar consigo misma.
—Creo que sabes que estoy enamorada de ti —limpió sus lágrimas—, lo he estado desde que tengo dieciocho años, desde entonces... Tu has sido el único hombre al que he amado en mi vida y si, se que siempre has amado a otra mujer... Eso lo entiendo, y no me molesta la verdad, porque su amor era muy lindo —sonrió—, me mentalice en que jamás Levi, jamás te fijarías en mi, porque éramos amigos, luego te olvidaste de mi..
Volvió a tomar una larga respiración, yo solo la deje continuar.
—Cuando Cassandra falleció me sentí mal, me sentí triste porque ella era buena conmigo, era una de las pocas personas que vio algo distinto en mi —murmuró—, me dolió su muerte, también porque se cuanto la amabas, quise acercarme pero me daba miedo de que rechazaras mi afecto, luego pasó el tiempo y no lo soporte, me acerque para consolarte y... Termine en tu cama —dejó de mirarme por un momento—, ahí mi enamoramiento aumento pero me quede callada, deje que me tomaras cuando lo quisieras porque sentía cosas por ti —me miró—, confieso que, te use para tenerte, fue algo egoísta de mi parte, no esperaba nada —negó—, lo unico que queria era algo de afecto y mira en donde estamos, viviendo junto al otro sin amarnos, porque yo, he dejado de amarte —dijo con rabia—, me canse, me he cansado Levi.
No sabía que decirle exactamente, lo que si sabía, era que me sentía como idiota cuando la escuchaba, hasta ahora es que me estoy dando cuenta de todo el daño que le he hecho en todo este tiempo.
Yo la tome, ella estaba de acuerdo, pero no pensaba, ni siquiera imaginaba que ella estaba enamorada de mi.
Si, éramos amigos cuando éramos jóvenes, pero a medida que mis responsabilidades como príncipe y futuro Rey llegaban, yo me apartaba de ella, después que Cass falleció, yo me convertí en otra persona, no tenia ojos para nadie mas que no fuese mi Cass.
Ahora que Anna me lo dice de ese modo, estoy comenzando a caer en cuenta en lo bastardo que he sido con ella y con todas las personas que me rodean. Pero lo he sido aun mas con ella, ¿Como es que no me di cuenta de ello?
Estaba tan cegado de la rabia por haberla hecho mi esposa, que no pensé en sus sentimientos y lo que ella quería, prácticamente la obligue a casarse conmigo. Ahora que ella me dice todo esto, no se que demonios hacer.