CAPÍTULO 98
Estaba paralizada.

Mis pies no se movían, mis labios estaban sellados, mi respiración se volvió leve. Caleb estaba ahí, en medio del Reino del Fuego, rodeado de lobos, ancianos, y sin embargo, parecía cómodo. Triunfante. Como si hubiese estado esperando justo este momento. Como si me estuviera esperando a mí.

—Cariño, ¿por qué tardaste tanto? —me preguntó con esa voz suya, segura, suave y arrogante al mismo tiempo.

¿"Cariño"? Me tomó unos segundos entender que sí, se había referido a mí. ¿Desde cuándo usaba ese tono? ¿Desde cuándo me miraba así? ¿Con esa mezcla de burla y ternura que me desconcertaba tanto?

Me forcé a respirar, y recordé a Leif.

—Rambo —me volví hacia el viejo amigo de mi padre—. Por favor, ayúdenlo. Mi amigo está herido, necesita descansar.

Rambo asintió sin dudar, e hizo una seña a dos lobos cercanos para que se acercaran a Leif, quien apenas podía sostenerse. Me acerqué para acompañarlo un momento, pero una mano tomó la mía por detrás.

Caleb.

—Lo atenderán bien, no
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP