RAVEN
— ¿Por qué hueles a Vincent?
Es lo primero que me pregunta mi Alfa dominante en cuanto me ve y me abraza, olisqueando mi cuello.
— Bueno, me ayudó en el pasillo a salir al jardín, no seas tan celoso
Acaricio su cabello mientras me tiene cargada de lado sobre sus piernas y me abraza con suavidad.
— ¿Te sientes mal? ¿Tienes mareo? Vamos a alimentarte…
— No, no, estoy bien. Estoy llena, solo salía tomar el aire. Dime ¿De qué me querías hablar?
Le cambio la conversación porque si no, es capaz de regresarme al cuarto y engatusarme para que siga acostada.
La barriga ni siquiera está grande y ¡ya me siento como una muñeca de cristal!
— Anastasia envió esta misiva con un mensajero. Dice que extraña mucho a Aidan, que si podemos enviárselo de visita, que ella promete cuidarlo.
Me pasa una carta sobre la mesa y la leo.
Como en efecto es la letra de mi leal Centuria.
— No sé qué responderle – confiesa suspirando
— Creo que a Aidan le haría bien cambiar de ambiente y más que en sus sueños