La Caza (I)
En el edificio que albergaba el bufete de abogados, Adara sentía la creciente ansiedad en su pecho. Había pasado toda la tarde desenterrando papeles, repasando notas sobre casos recientes, pero algo dentro de ella seguía inquieta. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando vio un sobre en su escritorio. No era el típico correo profesional ni el recordatorio de citas. Este sobre estaba marcado con letras recortadas de revistas. Inmediatamente, su instinto le indicó que algo no estaba bien. Hizo a un lado las carpetas y atrajo hacía sí el sobre, lo abrió lentamente con sus dedos temblorosos y sacó la única hoja que estaba dentro de éste. La sensación en su pecho se intensificó, como si un mal presagio estuviera acechando.
Adara no pudo evitar sentir una pequeña punzada en el estómago cuando tocó la carta. El papel se sentía extraño, y al instante, las imágenes del contenido se filtraron en su mente. Las letras no formaban palabras comprensibles, pero había algo que captó su ate