Al igual que Ethan, Aleyda no esperaba encontrarse con él. Y menos en una circunstancia tan comprometedora como lo es una revisión ginecológica.
—¡Buenos días! Cuéntame, ¿cómo te puedo ayudar?
Le preguntó a la mujer. Sin dirigirle la mirada a Ethan.
—Doctora, he tenido síntomas similares a los de un embarazo y la prueba casera ha dado positivo. Venimos para comprobar si de verdad tengo un niño en mi vientre.
—Bien. Solo te haré un par de preguntas para abrir tu expediente. ¿Quién es la persona que te acompaña? Si te es incómodo responder frente a él, las preguntas íntimas que haré, puedes pedirle que se retire.
—Ella es mi prometida. Me quedaré a su lado—. Respondió Ethan antes de que la chica lo hiciera.
Aleyda procedió a hacer las respectivas preguntas para recabar información sobre la paciente. En todo momento Ethan mantuvo su mano pegada a la de ella.
—Puedes recostarte en la camilla, por favor—. Pidió Aleyda.
La mujer hizo caso y con ayuda de Ethan se acomodó para la respect