Al día siguiente, Aleyda no llegó a clases. Sentí largas las horas sin ella. Le había enviado un mensaje de texto pero no había tenido respuesta y eso me hizo preocupar.
Durante la semana no volvió a clases. Yo estaba realmente preocupado, no sabía de que otra forma contactarla y tampoco habían amistades que me pudieran brindar información.
Fui a secretaría a buscar su información. Expuse su caso y de inmediato me dieron acceso a sus documentos personales. Tomé una captura de pantalla de su dirección y mis amigos me acompañaron en la búsqueda del paradero de la mujer que me tiene loco.
Una casa muy bonita nos encontramos. Dudamos por un momento, comprobamos la dirección y estábamos en el sitio.
—Parece que nuestra compañera no es del todo pobre como te lo hizo saber—. Comentó mi amigo Eliam.
Yo me quedé callado. No quería aceptar que ella me había mentido, ¿y si todo de ella es una mentira? Me pregunté.
Mis amigos querían dar la vuelta. Pero yo no… yo quería investigar a fondo el a