Anastasia se dirigió al consultorio de su colega, está triste porque no sabe qué decisión tomar. Le da lástima decirle que no le puede cubrir el turno porque recuerda que en casa no hay nadie para que cuide del pequeño Dennis. Pero no le quiere quedar mal a la colega y decide hacer lo que nunca se imaginó.
―No hay de otra que dejar que Eliam cuide de su hijo, total solo será por unas horas y pronto amanecerá para irnos. Además, no creo que se lo quiera llevar sin mi permiso porque ni siquiera puede mover su pierna. ―Comentó en su mente.
Finalmente, el niño se quedó a cargo de su padre, este muy feliz lo recibió con los brazos abiertos y para que estuviera tranquilo le prometió que en unas horas le dará una sorpresa.
―Anastasia, quiero que mantengamos oculto a nuestro hijo, por el momento no quiero que nadie de mi familia se entere de él. ―Propuso. ―Seguro, ellos piensan que lo perdiste durante el embarazo y no indagarán tanto en el tema.
―Estuve a punto de perderlo. Mientras tú te rev