Reino de Clifford
Los reyes, príncipes y princesas se hallaban reunidos en el Gran Salón. Allí, donde las estrategias más sombrías de guerra eran concebidas, los monarcas de Clifford tejían su contraataque. El conflicto contra Atargatis no podía postergarse más. Los tambores de guerra ya resonaban, y las alianzas habían sido selladas con los reinos del norte y del sur. Clifford era el único con la fuerza suficiente para detenerla.
— Comandante Balthor, ¿cómo van los preparativos? ¿Has…? —la voz del rey se desvaneció de repente.
Un silencio pesado cayó sobre la sala. La reina y la princesa heredera, Ermys, alzaron la mirada hacia él, pálidas. También lo habían sentido.
La mirada del rey se volvió hielo: la misma que usó el día del juicio de Archer. La reina frunció el ceño, inquieta, sabiendo que los tiempos oscuros ya no estaban por venir… habían comenzado. Y los ojos esmeraldas de Ermys, antes nobles y brillantes, se encendieron con un fuego devastador.
—Él ha vuelto —susurró ella, c