Capítulo 141. No he tocado a nadie más.
Dominic
Cinco días.
Había pasado cinco malditos días sin dormir, sin pensar en otra cosa que no sea ella.
Cinco días desde que la vi abrir los ojos y me rompió el alma con una sonrisa.
Me convertí en su sombra. Su guardián. Su enfermero. Su todo.
No dejo que nadie la toque. Las enfermeras vienen, se quedan en la puerta y yo les cierro en la cara. Ninguna otra mujer, ningún hombre, tiene permiso de tocarla. A excepción del médico tratante. Pero nadie puede mirarla demasiado. Trina está cubierta de moretones, con el cuerpo más frágil que nunca… pero para mí sigue siendo fuego. Sagrada. Intocable. Mía.
Yo la limpio. Cada mañana paso el paño con agua tibia por su cuello, sus brazos, sus piernas. Evito las heridas abiertas con el cuidado de un cirujano. Siento que si le toco mal una costilla, puedo matarla. A veces tiemblo. No de miedo. De rabia. De odio contenido. Porque alguien se atrevió a hacerle esto. A manchar lo único que me quedaba limpio en la vida.
La peino. Juro por Dios que nun