Cap. 100. Villano por elección.
Narrador omnisciente:
La camioneta avanzaba rugiendo en la claridad que brindaba la mañana. Había pasado media hora de silencioso castigo para Maite, quien miraba a Alexandros con furia contenida, ya que le había pedido que se detuviera una y otra vez.
La ansiedad la estaba consumiendo, y la impotencia se apoderaba de ella. Miró a su alrededor, buscando una salida que no existía.
—¿Te diviertes jugando conmigo de esta manera? — le exigió, pero él no le prestaba atención. Si no que con sus manos apretaba los bordes del asiento, deseando romper algo, cualquier cosa, para liberar esa presión interna.
—No estoy jugando, Maite. Deja de verme siempre como un villano. Todo lo que hago, lo hago para protegerte, aunque no lo entiendas.
—¡Del único que debo protegerme es de ti! —gritó ella, temblando de ira—. Eres un monstruo.
Damián, había estado en silencio sopesando la situación, pero llegó a un punto donde el enfado lo consumía, y no pudo callarse más.
—¡Déjanos salir de aquí ahora mism