CAPÍTULO 38 – Una verdad borrada
El equipo de búsqueda avanzó con una precisión fría, alimentada por la necesidad urgente de encontrar cualquier hilo que los condujera al pasado de Kerana. El viaje había sido rápido, casi demasiado. Atuel lo notó desde el principio: los Ardeon no estaban ocultando a los padres adoptivos de Kerana… simplemente nunca habían identificado que esas dos personas habían criado a la niña desaparecida. Y eso era un detalle peligroso.
Cuando finalmente localizaron la pequeña zona residencial donde vivían los padres adoptivos, todos los miembros del grupo quedaron tensos. Era un sitio tranquilo, casi bucólico, sin la apariencia típica de un territorio en guerra. Ningún guardia adicional. Ninguna sombra acechante. Ningún indicio de persecución. Parecía un día normal en la rutina de dos humanos que jamás habían imaginado estar en el centro de un conflicto entre dos de las manadas más poderosas que existían.
Atuel levantó una mano indicando al grupo que se detuvier