VICTORIA
—¿Qué haces? No te encontré en la cama y me preocupé. —Estoy con las sábanas sobre mi cuerpo, la cabaña tiene calefacción, pero supongo que es cuestión de acostumbrarme; soy suya y él mío, hicimos el amor por horas y fue mucho mejor de lo que pude imaginar.
—Vine a ver algo, no debiste levantarte, quería que fuera una sorpresa.
—¿Sorpresa? —le respondo y toma de mis manos y me sienta sobre el sofá; yo sigo sin entender muy bien la situación.
—Sabes que te amo y lo que más quiero es que tú seas feliz en todos los aspectos de nuestras vidas.
—Claro, amor, yo también lo quiero, pero a qué viene todo esto es lo que no entiendo.
—Tú no eres feliz en esa empresa, tú extrañas estar entre fertilizante y acacias. —Tiene razón, extraño mi vida entre plantas, tijeras e idear bosquejos hermosos para cumplir sueños.
Me enseña los documentos, de los cuales no entiendo mucho.
—¿Qué son estos papeles?
—Quisiera que vendieras las empresas de Harry a mí, para así tú te dediques a lo que te gus