He decidido seguir adelante con mi vida. Bueno, eso es lo que trato de decirme cada mañana cuando me miro al espejo y me doy valor para enfrentar el día. La verdad es que, aunque lo intento, algo dentro de mí sigue atrapado, y no, no es el trabajo o la rutina, ni las pequeñas victorias que he logrado últimamente. Es él. Enrico. Su sombra sigue rondando mis pensamientos como una marca indeleble.
Es curioso cómo el amor, o lo que sea que esto entre nosotros sea, puede ser tan fuerte que, aunque trates de avanzar, siempre te arrastra de vuelta. A veces me pregunto si no soy la única que lo siente, pero él sigue tan distante, tan lejano, que parece que nunca ha sido parte de mi vida de verdad, aunque sé que lo ha sido más de lo que quiero admitir.
A lo largo de esta