RIVEN

No creí que aquel juego de insinuaciones me llevara a un dato que realmente importara.

Margareth... haría lo que fuera por su abuela.

Solo por ella. Ya la había mencionado, pero no creí que realmente tuviera tanto peso en ella.

Sus padres, su hermana, todo lo demás en su vida parece no significar nada en comparación.

Y aunque debería sorprenderme, no lo hace.

Alguna vez yo también tuve a alguien por quien habría entregado la vida sin pensar:

mi madre. Y aunque en aquella época estaba rodeado de personas, tampoco importaban.

Tal vez por eso creo entender lo que grita el corazón de Margareth.

Su corazón late dentro de ella con la fuerza de un juramento antiguo. Y ese juramento la amarraría a mí.

La quiero a mi lado.

La he querido desde el primer día.

Aunque siempre la disfrasara de deseo, de capricho, de un trofeo peligroso y orgulloso a mi lado.

Pero esas mentiras dejé de sostenerlas hace unos segundos, cuando quedé atrapado en su mirada violeta y cuando sus labios —esos labios