Capítulo cuarenta. Derribar a un monstruo.
El escándalo no tardó en desatarse como una tormenta perfecta.
Apenas unas horas después de la aparición de Kyan frente a la prensa, los canales de noticias multiplicaban las imágenes de la familia en la entrada de Byron Corp. Los titulares fluctuaban entre la ternura y la polémica, pero ninguno podía ignorar la fuerza del mensaje que había dado: un C.E.O que arriesgaba todo por su hija y por la mujer que había sido condenada al silencio durante años.
Para Nicole, sin embargo, no fue suficiente.
El silencio en el penthouse era solo aparente. En cada rincón latía la tensión. Tras regresar de la sede, Kyan había recibido llamadas de tres accionistas importantes, dos medios financieros y un periodista de investigación que solicitaba una entrevista exclusiva. Nicole, por su parte, no había dejado de recibir mensajes. Algunos de apoyo, otros cargados de odio. Las redes sociales se habían convertido en un campo minado.
Y Eleanor no había tardado en