ALEXANDRA UNA MUCHACHA DE VEINTICINCO AÑOS QUE VUELVE A SU CASA DE SICILIA DESPUES DE ESTAR ESTUDIANDO EN CAMBRIGDE, SE ENCUENTRA CON QUE SU PADRE, EL UNICO FAMILIAR QUE TIENE YA QUE SU MADRE MURIO SIENDO ELLA UNA BEBE, ESTA ARRUINADO PUDIENDO SALVARLOS, GIOVANI UN MAFIOSO MUY PODEROSO. PERO SU CONDICION PARA SALVAR A ALEXANDRA Y A SU PADRE DE LA RUINA ES QUE SE CASE CON EL, A PESAR DE QUE GIOVANI ES MAYOR QUE ELLA DIECISIETE AÑOS, PERO ALEXANDRA NO ES DE LAS MUJERES QUE DICEN A TODO QUE SI, MARCHANDOSE ALGUNAS NOCHES SIN DECIR NADA A NADIE PARA TRABAJAR A UN CLUB DE STRIPPER, PERO EN UN VIAJE QUE PLANEARON ELLA Y SU AMIGA BIANCA A MEXICO, SECUESTRAN UNA BANDA A BIANCA, TENIENDO ALEXANDRA QUE LIDIAR CON UN IMPORTANTE CARTEL PARA SALVAR A SU AMIGA, YA QUE NI SU MARIDO NI SU PADRE CONOCEN SUS PARADEROS ¿LOGRARA ALEXANDRA SALVAR A SU AMIGA? ¿SU SUPUESTO MARIDO LA ENCONTRARA? Y SI ES ASI ¿QUE PASARA? PERDON O DIVORCIO
Leer másCuando baje del avión que dubi en Inglaterra para volver a mi casa en Sicilia, después de estar todo un año estudiando en la Universidad de Cambridge, me fui directamente a recoger mi equipaje, marchandome despues al exterior de aeropuerto, donde me di cuenta de que a unos pocos metros estaba la limusina en la que mi padre me envió para recogerme, me acerque viendo a Mariano el chofer sonriendome
— Bienvenida a casa señorita Alexandra — me dijo
— Gracias Mariano ¿Y mi padre? — le pregunté al chofer, mientras estaba guardando mi equipaje en el portamaletas de la limusina
— Está en casa, deseando volver a verla — me respondió
Después de guardar mi equipaje en el maletero, me senté en el vehículo igual que el chofer, marchandonos del aeropuerto con dirección a mi casa. Al llegar a la entrada del camino que conduce a mi casa, el chofer abrió con el mando a distancia el portón que guardaba la casa, entrando en el camino, me fije que había más sicarios protegiendo mi casa que cuando me marché a estudiar a Inglaterra. Cuando el chofer paró el vehículo delante de la puerta de mi casa, no espere a que Mariano me abriera la puerta, ya que la abri yo porque deseaba entrar en mi casa y ver a mi padre.
—Benvenuti a casa vostra miss Alexandra — me dijo Carlota, nuestra sirvienta y mi niñera desde que murió mi madre
— Gracias Carlota ¿y mi padre? — le pregunté
— Suo padre è nel suo ufficio Cariño — me dijo
— Entonces me voy a su despacho, tengo ganas de abrazarlo — respondí
Me fui corriendo hacia el lugar donde estaba el despacho, toque a su puerta con mis nudillos escuchando la voz gruesa de mi padre gritar
— Avanti – dijo
Abri la puerta y cuando entre le vi la sonrisa tan bonita de mi padre cuando me vio, levantándose de su sillón acercándose a donde yo me encontraba con los brazos abiertos
— Alexandra, mi preciosa hija, ya está en casa ¿como estas cariño? — me preguntó
— Ahora que estoy de vuelta en mi casa, bien papá, qué ganas tenía de volver — respondí
— Cariño, déjame que te presente a un buen amigo, — me dijo mi padre girando mi cuerpo fijandome en el hombre que estaba detrás de mí sin hablar
— Alexandra, te presento a Giovani Conte, un buen amigo y un buen socio mío que espero que sea algún día — me dijo mi padre sonriendo
— Es un placer conocerla por fin señorita, su padre me ha hablado muchas veces de usted — me dijo aquel hombre
Me quede mirándolo fijandome en lo alto que era, en sus grandes y preciosos ojos verdes, sus labios bien perfilados y carnosos y en su porte, ya que se le notaba que era bastante musculoso aunque iba muy bien vestido con un traje muy caro
— Igualmente señor, encantada de conocerlo — le dije, sintiendo como un escalofrío que recorría todo mi cuerpo, mojando mi tanga, solamente con el roce de su suave mano.
— Como ya estás en casa, mañana celebraremos una fiesta en tu honor hija, contigo aquí la alegría será una dicha para todos — me dijo mi padre.
— Yo me marcho ya, quiero ver a mi amiga Bianca, ya que tengo muchas cosas que contarle — dije acercándome a mi padre dandole un beso en una de sus mejillas
— Adiós señor Conte, espero que nos volvamos a ver — le dije antes de marcharme del despacho de mi padre
Me marché del despacho, pero cuando cerré la puerta detrás de mí, apoyé mi espalda en ella, estaba completamente acalorada, ya que el hombre que estaba con mi padre me causó un sinfín de sensaciones inexplicables en mi cuerpo. Me marche a mi dormitorio, cogi mi bolso para sacar mi móvil de su interior y empecé a marcar el numero de telefono de mi amiga Bianca, contestandome ella al segundo tono de la llamada
— ¿Alexandra eres tú, de verdad? — me preguntó
— Hola Bianca y, si soy yo, ya estoy en Sicilia, en mi casa ¿cuándo nos podemos ver?, tengo un montón de cosas que contarte — le dije
— Esta noche estaré en el club y amiga yo también tengo muchas cosas que decirte ¿nos vemos en el club, sobre las diez? — me preguntó
— Allí estaré, ti amo amiga — le dije
— Yo también, qué alegría que ya estés de vuelta en Sicilia amiga — me dijo terminando las dos la llamada
Por la noche y después de cenar, me marché a mi dormitorio, entre en el baño, me quite la ropa, entrando en la ducha, después de ducharme, rodee mi cuerpo con una toalla, volví a mi dormitorio acercándome al vestidor, escogiendo un vestido color ocre de talla corta y escote liso, me sequé el cuerpo con la toalla, poniendo seguidamente mi vestido, mis zapatos de tacón fino, me pinte con colores no muy llamativos, cogi mi bolso, marchandome al salón de se encontraba mi padre, sentado en el salón con una copa de licor en su mano.
— Ten cuidado bambina, Pietro te acompaña y no vengas muy tarde — me dijo mi padre
— Papá ya no soy una niña, anda no te preocupes tanto por mi, pero te prometo que volveré pronto como una buena hija que soy — le dije dándole un beso en la mejilla
Me marché de mi casa al exterior, viendo parado en la misma puerta un coche de alta gama que yo aun no conocía y a Pietro uno de los sicarios de mi padre, de pie al lado del coche, con la puerta abierta del copiloto, esperándome
— Gracias Pietro, pero sé conducir yo solita — le dije
— Lo siento señorita, pero son órdenes de su padre, ahora por favor suba y la llevaré donde usted me diga — me dijo
Me senté dentro del vehículo muy enfadada ya que aunque deseaba conducir ese vehículo yo sola, Pietro era mucho más cabezota que yo y no me dejó conducirlo. Cuando llegamos al Club, pensé que mi chofer particular se marcharía, pero no fue así. Pietro paró en la misma puerta del club para que yo bajara del vehículo, aparcandolo en el parking que había, él después. Me baje y entre en el local buscando a mi amiga Bianca, que me fue un poco dificil encontrarla ya que las luces del Club era tenues y habia muchisima gente.
— Hola buenas noches Alexandra, nos volvemos a encontrar — escuche la voz de un hombre que me resultó muy familiar
Después de despedirnos de la inspectora Salas, nos marchamos los dos de la comandancia, subimos al vehículo de Giovani marchandonos de aquel lugar, cuando de pronto me di cuenta de que Giovani no iba por la carretera que llevaba a mi casa, si no que donde íbamos era la casa donde vivíamos él y yo antes de mi infiltración con Martino y Donato. — ¿Dónde me llevas? — pregunte aun sabiendo dónde íbamos— A nuestra casa, quiero enseñarte algo que preparé cuando te marchastes, pero no pude enseñartelo — me dijoCuando llegamos a su casa y aparcó el coche, bajamos los dos de él acercándonos a la entrada, abrió la puerta y entramos, recibiendonos Felisa, abrazandonos las dos llorando— Mi niña, bienvenida a tu casa ¿como estas, cariño? creíamos que ya te habíamos perdido — me dijo— Yo también me alegro de verte, aunque por ahora no voy a volver a esta casa — le dije— Bueno, te voy a enseñar una cosa y ya decidirás si vuelves conmigo, anda ven mi amor — me dijo Giovani cogiéndome la mano, a
Después de tomarme mi taza de café, me marché de mi casa hacia la calle para parar al primer taxi que pasara, pero el claxon de un coche me llamó la atención haciendo que girara mi cuerpo viendo el coche de Giovani detrás de mí y a él haciendo señas para que me acercara. a su vehículo— ¿Qué quieres?, tengo prisa Giovanni — le dije— Quiero que hablemos Alexandra, por favor sube al coche — me dijo— No puedo, tengo que ver a una persona y no puedo perder mi tiempo contigo — respondí— Alexandra, no sé que te he echo, pero te amo, por favor dame una oportunidad y dime qué daño es el que te echo, por favor sube al auto y hablemos tomando un café, por favor — me dijoMe subí al coche de Giovani llevándome hasta el centro de la ciudad aparcando en una zona cerca de donde había una cafetería, bajamos los dos del coche, acercandonos hasta la cafeteria, abriendo Giovani la puerta como todo un caballero para dejarme pasar a mi primero, viendo casi al fondo del local una de las mesas que había
TRES AÑOS DESPUÉSAl llegar a donde vivía mi padre, tocamos a la puerta, abriéndonos Carlota, nuestra sirvienta, niñera y muy amiga de mi padre y mía, mirándonos las dos con la expresión de sorpresa, viendo como le caían las lçagrimas por sus mejillas— Mi niña, ha vuelto a casa, no me lo puedo creer — me dijo abrazandonos las dos— ¿Quién ha llamado a la puerta, Carlota? — escuche la voz de mi padre llamarla— Pasar por favor, que sorpresa se va a llevar tu padre cuando os vea, pero mi niña si tu niño, es como una gota de agua a su padre — me dijo cogiendo a mi pequeño en sus brazos— Vamos Carlota, que lo vea mi padre, ya que no sabe que tiene un nieto — le dije— Alexandra una cosita antes de que veas a tu padre cariño, Giovani viene de vez en cuando a la casa, para que tu padre le diga si sabe algo de ti ¿Giovani tampoco sabe que es padre? — me preguntó— No, ni quiero que lo sepa, ese es un sinvergüenza y no quiero que se acerque a mi hijo — le dijeEntre hasta donde recordaba qu
Por la tarde escuche el timbre de la puerta, ya que yo me encontraba cerca de la puerta, la abri encontrándome al otro lado de la puerta a Maria muy sonriente y a su novio Eduardo, nos dimos dos besos y les hice pasar a la casa, hasta el salón— Nos vamos unos días fuera de acampada, y queremos que vengas con nosotros, por favor Alexandra — me dijo Maria— Pero yo no tengo nada para poder acampar con ustedes, vayanse solos y diviértanse — les dije— No por favor Alex, vente con nosotros, te prometo que te divertirás mucho — me dijo— Hola Maria ¿qué pasa Alexandra? — preguntó Donato que en ese mismo momento entró en la casa— Que Alexandra nos va a acompañar a una acampada que tenemos — dijo Maria— No puede marcharse Alexandra lo siento, tenemos una cena esta noche con tus tíos en su casa y comprenderá Maria que no los podemos ahorita dejar con la mesa puesta — dijo Donato, fijandome en la carita que puso Maria, dándome un poco de pena— Esta bien, espero que os divirtáis con esos do
Cuando esas personas, supuestamente amigos de Donato se marcharon de la casa, el se levanto del sofá estando muy serio mirándome fijamente— ¿Qué pasa Donato, algún problema con ellos? — pregunte— Quiero que los vigiles, hazte amiga de ellas ya que creo si no me equivoco mucho, que él fue el que me traiciono, menos mal que el dinero manda con el mas pelao y pude escapar de los federales — me dijo— ¿Y qué quieres que haga? ¿que me acueste con ellas o con él? — pregunté— No morra, no hace falta que hagas eso, simplemente que hables con la mujer y la sobrina, haber si tu les puedes averiguar algo, no me fio Alexandra — me dijo— Esta bien, no te preocupes haré lo que pueda — le dijeA la mañana siguiente cuando me desperte, me levante de la cama, entre en el cuarto de baño, me duche y volví al dormitorio, una vez que ya estaba vestida, cogi mi bolso y mi movil marchandome después de la casa, hacia la casa de Mauro, ya que eran vecinos de Donato, toque al timbre abriéndome la puerta un
Por la tarde estábamos, Donato, Martino y yo en el salón, aunque yo estaba muy nerviosa porque sabía lo que iba a pasar de un momento a otro, según me dijo la inspectora Salas, intentando que los dos hombres no me notaran, de pronto empezamos a escuchar disparos por alrededor de la casa, los dos hombres enseguida se levantaron de los sillones donde estaban sentados, marchandose hacia la entrada de la casa. Me subí inmediatamente al dormitorio y me encerré en el cuarto de baño, sentandome dentro de la ducha, mientras mi cuerpo parecía un flan, del miedo que tenía, escuche como unos hombres entraron en el dormitorio y de pronto vi como se movía la manivela de la puerta mientras un hombre gritaba amenazando. Cuando consiguieron romper la puerta del cuarto de baño, entraron dos hombres cogiendome uno de ellos del brazo, sacándome de aquel cuarto de baño y arrastrándome del dormitorio hasta la calle, haciendo los federales que nos arrodillaramos todos los que allí nos encontrábamos en el
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