Capítulo 58.
POV - Mila
El despertar fue lento, como emerger desde el fondo de un mar oscuro. La primera sensación fue el calor: un calor firme y conocido rodeando mi mano. Abrí los ojos con dificultad y lo vi.
Nicolás estaba allí, a mi lado, dormido sobre la cama, su rostro hundido en la sábana y su mano aferrada a la mía como si temiera perderme. Su barba crecida le daba un aspecto agotado, pero también vulnerable. Moví un poco los dedos y él reaccionó al instante. Se enderezó de golpe, con los ojos rojos por el cansancio, y me sonrió con esa mezcla de alivio y amor que tantas veces me sostuvo en los peores momentos.
—Mila… gracias a Dios —murmuró, inclinándose para besar mi frente—. Todo salió bien. Tú estás aquí… y ellos también.
Parpadeé, confundida, hasta que las palabras hicieron eco en mi mente.
—¿Ellos?
Él sonrió, con lágrimas brillándole en los ojos.
—Nuestros hijos. Están vivos, Mila.
Un nudo me apretó la garganta.
—¿Dónde… dónde están?
—En incubadora. —Su voz bajó un tono, serena—. Son