Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer llegó sin sonido.
El aire, todavía frío, traía ese perfume mineral que sólo existe antes de que el sol toque el desierto. Desde la terraza superior, Julian veía a los hombres preparar el salón ancestral del consejo: alfombras extendidas con precisión, lámparas de cobre bruñido, jarras de agua perfumada, incienso. Nada allí era improvisado. Todo parecía obedecer a una coreografía antigua, como si el día hubiera sido ensayado durante siglos.
Kira apareció detrás de él, con una túnica ligera color crema y el cabello recogido.
—Nunca vi algo así —susurró.
—Yo tampoco —admitió Julian—. No así… por m&iac







