Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer cayó sobre Arabia con una luz que parecía recién inventada.
Julian no había dormido. Desde la ventana del cuarto veía cómo el horizonte se teñía de oro y el viento arrastraba la arena como un manto. En la casa, todo olía a silencio. Ahmed seguía desaparecido. La última vez que lo había visto había sido la noche anterior, en el despacho, revisando papeles bajo la luz tenue de una lámpara. Luego, nada. Una ventana abierta, una caja vacía, una nota con un símbolo que todavía lo perseguía cada vez que cerraba los ojos.
Kira lo encontró de pie, con los brazos cruzados. Llevaba la misma camisa de la noche anterior, arrugada, y una mirada que ya conocía: la de los hombres que están listos para pelear con el mundo si hac







