“¿Rocco?”
Él, nunca pensó que podría sentirse casi muerto en vida por la pérdida de una persona que se había colado poco a poco en su vida, como la gota de agua que cae constantemente sobre el suelo hasta agrietarlo. Nunca pensó que el desconocer el paradero de una persona y su estado, podría crearle tal desesperación y ponerlo tan al límite, que casi sentía el vacío de la ausencia, de la culpa, de la nada.
Rocco llevaba horas despierto, comiendo solo por insistencia de Salvatore y porque no podía darse el lujo de desmayarse o enfermarse. Su mal humor aumentaba por segundos, nadie quería acercarse a él, ni siquiera su madre, ni siquiera él mismo.
— ¿Caterina? — susurra con las manos temblorosas y un dolor agudo en medio de su pecho. — Bella mia, ¿estás bien? ¿Dónde estás?<