Nino cuelga y enseguida le llega un mensaje con una dirección de Marèddusa. Rocco pasa su teléfono al hombre que lo acompaña y sube al auto.
— ¿Cómo llegaste a este lugar? — pregunta de nuevo a Caterina.
La fría expresión del rostro de Rocco empieza a abrumarla.
— Me escapé del auto cuando se detuvieron en una estación de gasolina y un niño me ayudó. — dice rápidamente y Rocco la observa con el ceño fruncido.
La duda sigue acechándolo. ¿Cómo diablos puedo escaparse con la ayuda de un niño?
— Caterina, solo dime la verdad.
— Esa es la verdad, Rocco. Dos estadounidenses me llevaban en el asiento trasero de un auto cuando desperté, no había nadie más, los escuché hablar y de pronto se detuvieron y…
— Llévanos con Nano. — le d