Salvatore no comprende lo que está sucediendo entre Rocco y Caterina, quince minutos antes de que el cuerpo de Giovanni hubiese sido lanzado contra el portón de la puerta, Rocco había entrado a la biblioteca como si fuese un energúmeno. Salvatore descansaba mientras lo esperaba, y sin que él le dijera nada, se aplicó la dosis de insulina y empezó a pasearse por la habitación como si fuese un león enjaulado.
Salvatore, tomando el riesgo de ser insultado, le recordó que debía comer, a lo que Rocco hizo oídos sordos y solo reaccionó cuando escucharon el alboroto de los hombres fuera.
Ahora se encuentra en el estudio, vigilando a todos los miembros de la familia, incluido Ettore, quien había llegado la noche anterior, cuando Salvatore no se encontraba en la villa.
Él observ