Mundo ficciónIniciar sesión—No lo sé, señora —dice Anna, aterrada y arrepentida de lo que ha hecho al ver a Nicola en ese estado. —Estaba dormido y empezó a quejarse, jadea como si no pudiera respirar bien y no para de llorar, él no es así.
Gianluca entra en la habitación acompañado por Paolo, su mano derecha en Italia. Al ver el pánico reflejado en el rostro de Caterina y al niño visiblemente afectado, es consciente de que deben actuar.
—¡Llama a una ambulancia! ¡Y al doctor Cataldi! ¡Ahora! — Anna mantiene la compostura, aunque por dentro solo desea devolver el tiempo y no ver sufrir a su niño de esa forma, siente el vértigo de lo hecho sin retorno.
 







