Capítulo 47: Los silencios que pesan
(Narrado por Ava)
El sonido de unos golpeteos suaves contra la puerta me saca de mis pensamientos. Antes de que pueda ponerme de pie, Lia se desliza de mi regazo y sale corriendo hacia la entrada con entusiasmo.
—Debe ser la abuelita —dice entre saltos, con la muñeca colgando de su brazo.
Sonrío apenas, aunque por dentro algo me aprieta el pecho. La madre de Colin no ha estado bien últimamente; el corazón no le responde como antes, y a eso se suman otras enfermedades que la tienen débil. Por eso hace días que no se queda cuidando a Lía.
Ella me ofreció, con esa bondad que siempre la ha caracterizado, llevarse a mi hija a su casa, pero no acepté. No quiero cargarle ya más con esa responsabilidad; no cuando apenas puede cuidarse a sí misma. Y aunque insiste en que para ella es un placer estar con mis pequeños, sé que el cansancio la está consumiendo.
A veces pienso que la agoté con tanta ayuda, que su recaída fue culpa mía. Colin nunca lo dice, per