Al CEO esa noche su mujer le hizo pasar las de caín, la langosta llegó, el pay de manzana también, la comida olía deliciosa, pero en ese momento el médico pasó a revisar a la paciente.
— Pero que rica se ve esa langosta.
— Verdad que si, doctor.
— Si, pero creo que no es compatible con los antibióticos que le estamos aplicando. Si pudiera comer otra cosa, estaría perfecto.
La embarazada ya estaba salivando de lo mucho que se le antojaba el crustáceo, no lo podía dejar ir.
— Entonces... deje de aplicarme antibióticos, ya me siento mejor, además no creo que le hagan bien al bebé, retiremelos por favor.
El médico no sabía que responder, volteó a ver al Señor Darkok esperando que él dijera algo.
— Angelic, si el médico dice que no puedes comer mariscos, debes hacer caso. No te pongas difícil, pareces una niña.
— Pues lo siento, mi antojo es este, y solo este, de malas para ustedes, además ya me quiero ir a casa, los hospitales no me gustan. Prepare el alta doctor, no