No creo en tus promesas, demonio.
Después de ver a la rubia prácticamente correr por su vida, a Angelic le costó trabajo salir del shock en el que se encontraba, ella creía que su ex marido realmente amaba a esa sensual mujer. Pero verlo amenazarla tan furioso, le decía otra cosa.
— Angelic... Angelic, ¿Estás bien? ¿El bebé está bien? Responde, mujercita.
— Si... estoy bien, pero... Genial, me dejaste por esa mujer, y ahora que ya no estamos juntos y estoy renaciendo mi vida, viene y me amenaza con mi hijo. El que estés cerca de mi, definitivamente es un problema. Es mejor que no trabajemos juntos, yo no me voy a arriesgar a que esa loca me ataque.
— ¿Qué? No, eso no va a ser así, yo voy a cuidarte, a protegerte, nadie les pondrá una mano encima ni a ti, ni a mi hijo, lo prometo.
— ¿Quién te dijo a ti que creo en tus promesas, demonio? He pasado por mucho para que la vida del bebé se logre, esa loca o cualquier otra de tus enamoradas no me va a quitar lo que más amo en la vida, así que desaparece, o por l