Heredando genes excelentes.
El pequeño Lucano bajó de la sala de juegos, sabía que iban a estar sus abuelos en casa, pues ya los estaban esperando.
El niño vestido de finas ropas se acercó a sus abuelas para darles un beso.
— Lucanito, mi cielo, ¿Cómo estás? ¡Ven aquí, mírate como estás de apuesto!
— Abuela Adriana, estoy bien, el tío Dimitrir, y la tía Angelic me cuidaron muy bien, conocí a las gemelas Darkok, sin un poco lloronas pero son lindas, pero yo vengo a ver con los abuelos unos asuntos.
— ¿Qué asunto Lucano? Puedes decirnos que inquietud tienes, ¿Qué te pasa?
— Abuelo Donovan, ¿Ya has visto que el bebé no nació especial, cierto? Ya nacido muy sano, todos dicen que es precioso, se parece a ti, le heredaste tu buena apariencia.
— ¿Cuál es el punto Lucano? Si, el bebé se parece a Lombardi, pero tiene mis manos, así que siempre que firme un contrato, un acuerdo, o corte su filete en un restaurante, resaltarán sus varoniles manos, ¿Cierto cariño?
El CEO Black se dirigió a su esposa.