El CEO Darkok no era de los hombres que permitiera ser amenazado. Le saltó encima a su rival para sorpresa del personal que estaba laborando.

— ¿Quién demonios te crees que eres para venir a amenazarme de muerte? !Una sola vez no has podido vencerme, soy mejor que tú por mucho, y a mi hijo no vas a llegar maldito bastardo!

Dimitrir le conectó un derechazo en la mandíbula al mafioso. De Russie por supuesto que se lo devolvió, los hombres estaban demasiado cabreados.

— ¡Deprisa Doménico, ayúdame a separarlos! — Pedía Rafael.

— ¿Por qué quieres separarlos? Deja que Dimitrir le de su merecido a ese arrogante, el hijo es de nuestro amigo, y ni siquiera lo deja disfrutar agusto de su nacimiento. !Que le dé hasta que se canse, se lo merece!

— !Doménico, haces que se me acabe la paciencia tan rápido, Dimitrir no puede presentarse a recibir a su hijo todo golpeado! ¡Eso no estaría bien, deja de llevarme la contra y sostén a De Russie!

— Claro que no, no voy a tocar a ese psicóp