El gemelo asintió, le prometió a su severo tío que no haría sufrir, ni llorar a Angy, además de que la amaba, no deseaba a su cruel tío como enemigo.
Emiliano fue a la cafetería y llevó dos cafés cargados para pasar el rato, ellos se pusieron a conversar sobre negocios, un tema en común que lo entendían muy bien, el gemelo escuchaba los consejos y sugerencias del experimentado empresario.
(...)
En la mansión Darkok, Rafael ya se había cambiado de ropa, ahora vestía una fina pijama que era de Vladimir, tenían una estatura similar, y calzaban del mismo número, así que las pantuflas le quedaban exactas.
— Pero que apuesto luces Rafael, espero que te guste la cena. — Angelic quería a los gemelos Mendoza como a sus propios sobrinos, estaba encantada de tener en casa a uno de ellos.
— Gracias tía Angelic, por cierto, hay algo que quisiera hablar contigo.
— Pero que seriedad, ¿De que se trata? Puedes decirme lo que sea.
— Bueno... Es sobre una chica que me gusta, estoy real