Leah y Kevin se encontraban en un ambiente lleno de tensión y deseo palpable en sus miradas y la cercanía temblorosa de ambos lo confirmaba.
— Kevin, yo...
— No digas nada — Susurra el hombre acercándose a ella.
La brisa nocturna susurraba secretos en el aire, entrelazándose con el silencio palpable en aquella cabaña, aunque la noche era suave, había una tensión insostenible en el ambiente, casi eléctrica, como un rayo que espera su momento para caer.
Kevin poseía una mirada que ardía con el fuego de los sentimientos reprimidos, pese a estar un poco borracho, su expresión era firme y decidida. Leah sintió que el aire se volvía espeso, cargado de palabras no dichas, de miradas furtivas y de un deseo que había crecido entre ellos como una planta salvaje.
—Nunca pensé que terminaríamos aquí —dijo él, su voz rasposa, el eco de sus pensamientos resonando entre ellos — Tan cerca de mi esposa de contrato, piel a piel.
Leah giró su cabeza, atrapada en la profundidad de sus ojos, d