¿LA BESÓ?

-Discúlpame un momento Olivia, debo hacer algo, regreso enseguida, dijo Dante levantándose de la mesa, no había podido tener paz al saber que Zaira estaba con algún hombre en el reservado, y si estaba en aquel lugar y con un reservado, era porque el acompañante de la chica tenía dinero y mucho.

-Ten tío, no sabía que regalarte, dijo Zaira entregándole a Arnold, una fotografía de cuando Aarón, Dana y él había ido de paseo a Egipto, una fotografía que Dana había tomado, en donde se veían felices, le acababan de dar la noticia a Arnold de que sería tío, ya que Dana tenía un mes de embarazo.

El hombre se conmovió hasta las lágrimas, y fue por eso que Zaira lo abrazó fuertemente.

En el momento en que ella abrazaba a Arnold y le decía que lo amaba con el alma y le agradecía por todo lo que había hecho por ella, Dante que no se pudo contener, abrió la puerta del privado.

Zaira lo miró y apartó la mirada, ella no estaba haciendo nada malo, solamente abrazaba a su tío.

Dante la miró a los ojos, sonrió de medio lado y se giró de inmediato, él no podía creer que estuviera enamorándose de una chica como ella, que andaba saliendo con un tipo de cincuenta años como Arnold Stone.

Al regresar a la mesa, ya Olivia había pedido una botella del champaña más costosa del lugar.

-Cariño, pedí champaña, espero y no te moleste, le solicité al chef que nos preparara Frittata di maccheroni, es un platillo que nos gusta a los dos y veo que estas un poco disperso esta noche.

-Sí Olivia, está bien, no hay problema, no tengo apetito así que te acompañaré con un whisky, dijo Dante pidiendo al mesero una botella igual a la que Zaira se había tomado en su cabaña.

En el privado de al lado, Dana se sentaba a la mesa con su hija y con quien consideraba su hermano.

La cena acabó, Arnold, Dana y Zaira salieron a eso de las nueve de la noche del privado.

-Dante, vamos mañana me marcho tienes que bailar conmigo esta noche.

Las risas en el privado Dante, llamó la atención de Zaira, la voz inconfundible de Dante llamó la atención de la chica.

Cuando estaban en la recepción, Zaira se volteó a su madre.

-Mamá, dejé mi teléfono en el privado, iré por él y regreso en seguida, dijo la chica devolviéndose, ella no podía marcharse del lugar sin saber lo que sucedía con el hombre al que le había entregado su virginidad.

-Maldición, que diablos estoy haciendo, vamos Zaira, piensa, piensa, se decía la chica para sí misma mientras caminaba hacia el privado.

Al abrir la puerta del privado, pudo observar a la chica que bailaba con el atractivo hombre.

Cuando Dante miró a la chica, alejó a Olivia quien lo tenía abrazado por el cuello; el hombre salió detrás de la chica quien al ver la escena cerró la puerta y caminó hacia la recepción, en donde su madre y Arnold conversaban con un ex compañero de secundaria, estaban bastante entretenidos, no se habían percatado de que Zaira no había regresado rápido.

-Zaira, Zaira, espera, espera, dijo Dante tomándola del brazo.

-¡Señor, suélteme! Le dijo Zaira en un tono serio.

-¿Qué te suelte, Porque debería hacerlo? Tu entraste a mi privado, me viste con una chica y cerraste la puerta fuertemente, ¿Qué pasa, crees que no puedo pagar otra como tú?

Sabes, ella es Olivia Renoir, ella no necesita dinero que los hombres, ella tiene sus negocios, ella es modelo y fue mi pareja durante mucho tiempo, es mi amiga y la amo por ello.

-Ese no es mi problema señor, si usted tiene o no novia prometida o lo que sea, que bueno que a ella no tiene que pagarle como a mí, usted no sabe porque estuve con usted esa noche y créame no es algo que quiera compartir en este momento con usted.

-Sí, me imagino que los prefiere más viejos, así como Stone, al que le dice que lo ama, mientras que yo tuve que decirle que comenzara a hacer su trabajo y ni un abrazo o beso me dio estando sobria.

-¿Zaira, cuanto por una noche más conmigo?

-Se equivoca señor, por ningún dinero en el mundo volvería a irme a la cama con usted, eso puede darlo por hecho, dijo Zaira mirando a Dante a los ojos.

El hombre se sintió un poco mal, por la respuesta de la chica, tan poca cosa era, tan insignificante había sido la noche que habían pasado juntos que ella no volvería a salir con él, pero con Arnold Stone era la segunda vez que la veía.

Dante se acercó a la chica y la colocó contra la pared con sus brazos al costado de ella.

-Vamos Zaira, mírame a los ojos y dime que no te volvería a acostar conmigo.

La chica hizo exactamente lo que el hombre le pidió.

-Señor, no volvería a acostarme con usted por dinero, usted no tiene idea de la razón porque lo hice, pero no volveré a hacerlo.

Dante miraba a la chica como mordía su labio inferior, algo que lo excitaba de gran manera.

Dante no se contuvo y besó a la chica, de momento, ella le respondió el beso, pero segundos después ella lo mordió tan fuerte que hizo que el labio inferior de Dante Fabbri sangrara.

Zaira corrió hacia la recepción, Arnold y su madre ya iban saliendo.

-Mi vida que te sucedió, tardaste mucho, te queríamos presentar a Rolando, un ex compañero de secundaria.

-Lo lamento tío me quedé hablando con un conocido, discúlpame, dijo la chica.

-¡Nos vamos! Dijo Dante a Olivia quien lo esperaba algo ebria en el privado.

-¿Qué pasa Dante, porque nos vamos? la estoy pasando bien.

-Malcom te dejará en tu hotel, él ya está esperándote, dijo el hombre en un tono serio.

Al salir del restaurante, Dante pudo ver a Zaira subir al auto de Stone, ella sonreía al escucharlo hablar, la madre de Zaira estaba ya en el auto, Dante no podía verla.

Dante miró a la pareja que sonreía, sintiendo algo de celos, al verla tan feliz con un viejo de cincuenta años, él que llevaba a Olivia abrazada porque casi no podía caminar, pudo observar que Zaira lo miraba.

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