EN EL RESTAURANTE.
-Zaira llegó a la casa, dio un beso a su madre y se dispuso a arreglarse para la cena, ya Arnold la había informado acerca de los planes.
Ella con un hermoso vestido en color azul, que hacía resaltar su blanca piel y su hermoso cabello negro azabache, ahora parecía una mujer distinta a la que trabajaba en la cafetería; su cabello bien arreglado en ondas que caían sobre sus hombros, una manos bastante cuidadas y la ropa de diseñador que siempre había utilizado, todo eso era regalo de Arnold, Zaira no había pedido nada, pero el día después de que se mudaron a la casa, cuando ella regresó de trabajar, su armario estaba lleno de ropa de diseñador para toda ocasión, toda de un excelente gusto, calzado y joyas, así como un grupo de personas que se encargarían de su aspecto físico, Arnold era un hombre con buen gusto y se había esmerado en conseguir lo mejor para su bella sobrina, ella muy apenada le dijo que no era necesario, que ella compraría todo lo que necesitaba, pero Arnold hizo caso