Una risa seca salió de la armadura, y voces huecas se oyeron detrás de él, risitas, y mofas bajaban y subían detrás de sus oídos, como si esa noche, Florián se hubiese encontrado con el mismo demonio, el afamado rey de las tinieblas, si el diablo, pensó Florián para sus adentros, él no deseaba pelear más, al primer intento que tuvo salió corriendo tanto como le daban sus piernas.
Florián volvió para mirar y detrás de él, no había nada más, solo la enorme cima de la montaña, pensó que estaba dormido, se tocó la faz, para ver que no estuviese loco, pero él no podría estar loco, lo que acaba de ver era real, el mismo había sido testigo de la armadura negra, el mismo le había visto descender de su caballo, Florián bajo la montaña casi volando, era como si pudiese flotar.
El joven llegó a su casa, y si decir una sola palabra toco la puerta como si estuviese loco, tenía las manos llenas de sangre, y en su mano, una terrible marca que le sangraba, su padre abrió la puerta, y cuando le vio, d