EL CANIDO DEL INFIERNO.
“En el sueño de la noche anterior, su madre la guía por una senda oscura y llena de una niebla que impedía en su totalidad la visión, Elsa se veía en el sueño convertido en la bestia, que devoraba a diestra y a siniestra, pero lo que le extraño por completo, fue que detrás de ella, estaba una especie de sabueso negro con ojos rojos, como las mismas llamas del infierno, que mostraba los dientes con gran furor.”
Elisa movió el enorme pedazo de carne, el olor a carne recién horneada hizo salir de la cabaña a Didier que se sentó en una banca al lado de la fogata, la mente de Elisa volaba entre las ideas, volvió de nuevo a extrañar a su madre, y a recordar los últimos días de su padre, pero algo extraña había ocurrido las últimas semanas, el conde dragón no había vuelto desde hace semanas.
Aunque ya lo extrañaba, deseaba por sobre todo eso cumplir el último deseo de su madre, que hasta el momento era la uncia razón que sostenía en pie, la bestia había tomado otros rumbos, y su fuerza ahora