SEÑORA KING.
SEÑORA KING.
Una semana después, Naomi se miraba en el espejo, llevaba un sencillo vestido color beige, tacones a juego y un lindo peinado. Su cabello había regresado a su natural negro y en ese preciso instante, Aurora terminaba de dar los últimos toques.
―Listo, estás preciosa. ―Sus ojos coincidieron en el espejo. ―Sé que Daniel puede parecer intimidante, pero es una buena persona, y te va a hacer muy feliz.
Aurora y Jonathan habían volado hasta Seattle para la ceremonia íntima. Sí. Naomi iba a casarse y querían estar allí para ella.
―Lo sé, sé que él puede hacerme feliz… la pregunta es: ¿puedo hacerlo feliz?
Aurora sonrió y tomó sus manos.
―Claro que sí, jamás en cuatro años había visto a Daniel sonreír como ahora y… también tienen un hijo, creo que él, más que nadie, merece una familia. Naomi, no te preocupes por tu pasado, mejor vive el presente y ellos son tu presente.
Una hora más tarde, Naomi miraba el certificado de matrimonio y el gran anillo en su dedo.
―Guardaré est