El GPS informa que he llegado a mi destino, miro por la ventanilla el establecimiento y no parece para nada un consultorio psiquiátrico. De todas maneras me bajo y me coloco los lentes de sol, Dani inspecciona el perímetro. Ya en la acera aliso mi vestido, arreglo mi cabello y toco la puerta, una mujer de mediana edad que carece de curvas y se le visualizan ciertas canas me mira de arriba hacia abajo y viceversa con fastidio.
— ¿Qué quiere? — pregunta malhumorada.
— Busco al Dr. Bemus Pappas.
— ¿Tiene cita con él?
— No, pero dígale que lo busca Lianys Ivanova.
Me cierra la puerta en la cara la muy maleducada. Pasan minutos y estoy empezando a creer que me ha dejado aquí esperando como la propia estúpida. Cuando ya me había dado por rendida, la puerta se abre mostrando a un hombre de cabello largo, cicatrices en la cara pero con un cuerpo definido. Mi voyeviki se sitúa detrás de mí al ver el aspecto del hombre.
— ¿Lianys Ivanova?
Asiento.
— ¿Usted es...?
— Bemus Pappas. — me asombra