Capitulo 2- Boda de cristal

Las últimas palabras de Alejandro hicieron que mi sangre hirviera. No respondí, aunque por dentro ardía. Conozco su carácter, igual de insoportable que el mío, así que tampoco me sorprendió.

Lo miré con una sonrisa arrogante y susurré:

—¿Quién, en su sano juicio, se enamoraría de ti? Usa un poco la cabeza que tienes, idiota.

Aparté la vista, esperando que me ignorara como siempre. Pero, cuando volví a mirarlo, lo único que encontré fueron sus ojos negros, fríos y vacíos.

Rodé los ojos, crucé los brazos y giré la cara hacia otro lado, mientras Alejandro —el heredero de la familia Montenegro— se levantaba del sofá con una elegancia calculada. Caminó hacia donde su padre lo esperaba para firmar aquellos papeles que no significaban nada para él…

Ni tampoco para mí.

Lo observé mientras estampaba su firma sin mostrar emoción alguna. Y no sé por qué, pero en lo más profundo de mí algo me molestaba de esa indiferencia.

Cuando terminó, salió de la sala sin siquiera mirarme. Lo siguieron su padre y el guardaespaldas.

Mis padres permanecieron allí, y al ver mi expresión solo se encogieron de hombros con frialdad.

Entonces mi madre se acercó lentamente. Su rostro cambió: aquella dureza desapareció y apareció una sonrisa amable… demasiado conocida, demasiado falsa.

—Mi pequeña princesa, por fin te vas a casar. Estamos muy felices por ti —dijo, abrazándome.

—Sí, mamá —respondí con un tono seco.

Por un segundo, su sonrisa se transformó en desprecio. Fue rápido, casi imperceptible, pero yo lo vi. Luego volvió a fingir ternura.

—Te escogimos un buen esposo, ¿verdad? Estás feliz… qué bueno. Eso es lo que siempre quise para ti.

Me miró a los ojos y remató con un susurro cargado de interés:

—Ahora seremos como antes. Gracias a ti.

Después de eso, mis padres se dedicaron con todas sus fuerzas a preparar la boda. Nunca los había visto esmerarse tanto. Querían que fuera un evento perfecto… y, para ellos, lo sería.

Yo no dije nada. No podía opinar en nada. Se suponía que era el día más importante de mi vida, pero no sentía ni una pizca de felicidad.

El día llegó. Me recogieron en un auto negro lujoso, impecable. No voy a mentir: me gustaba el carro.

El trayecto hacia la ceremonia se me hizo eterno. La carretera era oscura y silenciosa, como si me llevaran a un funeral en lugar de a mi boda.

Pensé que Alejandro iría por separado, pero el auto se detuvo frente a su enorme mansión. Lo vi caminar hacia nosotros con calma, y subirse junto a mí sin siquiera mirarme.

«Idiota, mírame. ¿No vas a decirme siquiera cómo me veo?», pensé con rabia.

El auto arrancó de nuevo. De repente, Alejandro me recorrió con la mirada de arriba abajo y, con su habitual tono arrogante, dijo:

—Te ves decente.

Sentí la furia apoderarse de mí.

«Se está burlando…».

Lo miré con desprecio y le solté:

—Tú tampoco te ves mal.

Después de eso, no dijo una palabra más. Solo al llegar al lugar de la ceremonia hizo una seña a su chófer para que abriera mi puerta.

El lugar era majestuoso: flores impecables, lujos brillando en cada rincón, todo escogido con precisión para deslumbrar.

«Qué precioso», pensé.

Por un instante, casi olvidé con quién me iba a casar. Me sentía radiante. Pero la ilusión se deshizo rápido: escuché los susurros alrededor.

Giré hacia Alejandro. Su rostro, serio y hostil, no dejaba ver nada.

Ya entendía por qué murmuraban: todos percibían la tensión. Todos sabían que este matrimonio era una farsa.

Un mero trato.

Avanzamos juntos hacia la mesa, bajo la mirada de todos. Nos sentamos. Mis padres sonreían eufóricos; estaban a punto de recuperar lo que habían perdido.

Tomé el bolígrafo y firmé sin mostrar emoción. Mi rostro podía estar radiante, pero dentro de mí no había nada. Le pasé la pluma a Alejandro.

Él la tomó. Justo cuando iba a firmar, se inclinó hacia mí y susurró con esa voz que me helaba la sangre:

—Princesa, esta es tu condena. Nunca serás feliz.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP