Capítulo 53: La Noche que Kievak Ardió.
La noche sobre Kievak se desplomó envuelta en un manto de neón perverso y el rugido ahogado de una ciudad celebrando su propia condena.
Desde la posición elevada donde Gianni observaba, la Ciudad de la Perdición era un organismo enfermo y brillante.
Las avenidas palpitaban con desfiles espontáneos: amos ebrios arrastraban a sumisas semidesnudas con collares de diamantes, las luces estroboscópicas de clubes lanzaban destellos epilepticos sobre rostros distorsionados por el éxtasis químico, el aire pesaba con el olor dulzón de drogas mezclado con el humo de barbacoas donde se asaba carne de dudosa procedencia.
Música electrónica distorsionada, gritos de placer y risas estridentes se fundían en una sinfonía de decadencia. Era un carnaval de los condenados, celebrando el ascenso de un rey psicópata.
Gianni no sonrió. No se inmutó.
Estaba de pie en la oscuridad de un tejado, al borde del abismo iluminado, vestido de negro táctico de pies a cabeza. El material absorbía la escasa luz,