Capítulo 12. El secreto en el vientre.
El martes por la mañana, la alarma del celular sonó a las 5:30 AM, pero Renata ya estaba despierta.
Estaba abrazada al inodoro de su pequeño baño, temblando.
Había vomitado tres veces antes de que saliera el sol.
Se lavó la cara con agua helada, mirándose al espejo. Tenía ojeras marcadas y la piel casi transparente.
—Es estrés —se repitió en voz alta, intentando convencerse—. Es el miedo, es Bruno, es la comida chatarra. Solo es eso.
Pero en el fondo, una voz pequeña y aterrorizada le susurraba otra cosa. Una sospecha que se había instalado en su mente desde el mareo en la universidad.
Se vistió rápido. Falda negra, blusa blanca. Su uniforme de "esclava ejecutiva".
De camino a la Torre Reforma, paró en una farmacia de 24 horas. Compró una caja con dos pruebas de embarazo y la escondió en el fondo de su bolso, debajo de su agenda y su maquillaje, como si fuera un arma de contrabando.
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A las 8:15 AM en el piso 40 de la Torre Reforma.
El ambiente en la oficina era gélido.
Desde el