La determinación de Jade era un fuego que ardía en su interior, consumiendo el miedo y la duda. La imagen de Nick, viva en su mente, la impulsaba hacia adelante, hacia una verdad que temía y anhelaba a partes iguales. La mañana se convirtió en una estrategia. Jade, con la ayuda de Morgan, comenzó a trazar un plan.
—Necesitamos saber todo lo que podamos sobre Nick, papá —dijo Jade, sentada a la mesa de la cocina, rodeada de notas y mapas de la ciudad que había sacado de internet—. Su vida antes de Hywell, sus contactos, cualquier cosa que nos dé una pista sobre si está vivo o… o dónde podría estar si lo está.
Morgan asintió, su rostro serio, pero lleno de una determinación que igualaba la de su hija. No tenía mucho que hacer igual.
—Empezaremos por lo básico. Su nombre completo, su fecha de nacimiento, cualquier registro que podamos encontrar —dijo Morgan trazando un plan—. Usaré mis contactos, algunos viejos amigos en la policía, que aún me deben favores.
Jade pasó las manos por su ca