La entrega fue en la empresa, pero Nick llevó a la dulce Jade a la mansión que compartiría con Phoenix. Era enorme, de pilares altos redondeados, de techo de cristal por algunas partes. Tenía hormigón en la mitad de las paredes, y ventanales de cuatro metros de altura. tenía sirvientas bien vestidas, delgada y hermosas, y unas escaleras en forma de caracol que llevaban a los pisos superiores. Ella estaba acostumbrada a vivir en sábanas de seda y comer caviar, pero el Rey era otro nivel de millonarios.Nick la lanzó en el interior de una habitación de huéspedes y jade miró sobre su hombro a Nick. El hombre era grande, fornido. Tenía unos ojos hermosos, pero había tanto dolor en ellos, que cuando le exigió que se quedara dentro, ella tembló.Nick cerró la puerta y Jade esperó. No hurgó ni buscó nada, hasta que una de las sirvientas llegó para cambiarla de ropa. Le dijo que al Rey no le gustaría su ropa vieja, aunque costosa, pero que él no había comprado ni elegido. La bañó, peinó, maqu
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